Giboulot decidió rechazar el uso sobre sus campos del Pyrevert, producto pesticida a base de piretrina, al considerar que sus viñas estaban en perfecto estado y no existían evidencias en su entorno de daños causados por cicadela (Scaphoideus titanus), el insecto vector de la flavescencia dorada. Giboulot sostiene que la materia activa en cuestión supone un gran peligro para las abejas y demás insectos de la fauna auxiliar de la Borgoña, vitales para el equilibrio de los viñedos. “La piretina no es selectiva y mata a los insectos beneficiosos. Debe aplicarse solo si no hay más opciones”, declaró a los medios el pasado lunes, día en que se conoció la sentencia. Para este viticultor que lleva desde los 70 practicando agricultura ecológica existen alternativas naturales respetuosas con el medio ambiente y eficaces para el control de la flavescencia. “No me siento culpable en absoluto. Es intolerable que uno tenga que esconderse y tener miedo cada vez que se posiciona”
Se enfrentaba a 6 meses de cárcel. Al final le han condenado a 500€ de multa por negarse a tratar con insecticidas sus campos de ‘Chardonnay’ y ‘Pinot Noir’. Es practicante de agricultura ecológica en sus diez hectáreas de viña.
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